domingo, 18 de diciembre de 2016

Cuando se sueña con el pensamiento no se duerme, aunque se hayan cerrado los ojos.

Otra realidad mas cruza mi inconsciente. No logré entender por mi misma qué son los sueños, qué es soñar, así que me propuse buscarlo y esto fue lo que encontré:
"Imaginar una cosa que es improbable que suceda, que difiere notablemente de la realidad existente pero que pese a ello se anhela."
El mar y un par de cosas mas distanciaban nuestros cuerpos, pero no todo lo que sentíamos.
Después de haber pasado días, puede que semanas, y tal vez meses, porque todavía no logré medir el tiempo mientras duermo.. ese avión, ese viaje, esa mentira, fue lo que nos unió, físicamente claro..
Viajé porque casualmente encontré un motivo para hacerlo y para que me acompañaran, ya que no quería volver a hacer todo el viaje sola, con la compañía de un extraño que solo te saluda y si es que tenes la suerte de que hable tu mismo idioma, no.
Cuando llegué no sabía como escapar de todo aquello que lo único que iba a lograr era que la verdad salga a la luz. Sinceramente no recuerdo como escapé de ello, pero sé que lo hice, porque mágicamente aparecí con él. Tanto tiempo deseando estar ahí, tantas horas de viaje, tanto insistir, tanto todo, para verlo un par de horas, y volverme a la gran mentira que tenía que seguir manteniendo hasta volver a verlo.
Era real, juro que eran reales.. él, y todos mis sentimientos, solo míos porque jamás dije que el sentía lo mismo por mí, pero simplemente en ese momento me sentía en un estado totalmente puro, donde ya no me importaba ni que se sepa la verdad, ni que explotara el mundo, ni nada, solamente estar con él era todo lo que en ese momento me estaba haciendo la persona mas feliz del mundo por un rato.
Es increíble como una persona puede generar tantas cosas.
Volviendo, pasé varios días escapando de las mentiras para encontrarme con la felicidad, esa que era tan pura y tan mía que creo haber hecho todo lo que un adolescente en estado de locura y amor haría, sí, todo lo que se te pueda cruzar por la cabeza, para cuando lo estés pensando ya lo habíamos hecho. Todo iba bien, demasiado bien, y como nunca nada puede ser color de rosas por mucho tiempo.. me abrieron la puerta, encendieron la luz, levantaron las persianas, y gritaron "Levantate, son las 12".


No hay comentarios:

Publicar un comentario